lunes, 1 de junio de 2009

Niebla...

Con un débil cuerpo meciéndose de un lado a otro, así está, sentada entre la niebla.
La niebla que nunca termina. Niebla que no la deja andar.
Esa niebla que la observa continuamente y poco le permite ser.
Solamente sus recuerdos, solo sus pensamientos son libres.

Mientras inhala la niebla, su vista se vuelve más turbia,más turbia cada vez.
Un pensamiento que vaga libremente le suplica que haga un esfuerzo por correr,
recuerda lo que leyó antes de que la niebla afectara su visión: "todo es el primer golpe y salir corriendo".

Pero mientras se atreve a anudar sus dedos a manera de puño, la niebla es quien sigue golpeando sus ojos.

y ese primer golpe se condena a permanecer como un deseo.

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